Crisis y fusiones
Notas de prensaLas fusiones podrían considerarse una medida adecuada para intentar sortear la crisis. Por Pablo Romá Bohorques
Ante una situación económica de crisis como la actual, las empresas deben tomar una serie de medidas para intentar incrementar sus ingresos y reducir sus gastos. Una de las medidas tradicionales para alcanzar tales objetivos consiste en la concentración empresarial. Dicha concentración se efectúa, normalmente, a través de operaciones de fusión.
Estas operaciones tienen por finalidad aprovechar las economías de escala de estructuras empresariales, optimizar su gestión comercial y financiera así como los recursos materiales y humanos con el objetivo fundamental de ahorrar costes y aumentar su productividad, haciéndolas más competitivas.
En este sentido, las fusiones entre empresas que actúen en sectores fuertemente industrializados podrían ser altamente beneficiosas dado los elevados costes fijos que debe soportar cada sociedad.
Sin embargo, uno de los problemas que presentan estas operaciones de concentración empresarial, como son las fusiones, son sus posibles consecuencias fiscales. En una operación de fusión se transmite la totalidad de los elementos de la empresa a la sociedad beneficiaria por lo que se produce una serie de ganancias que tributarán en el Impuesto sobre Sociedades. Asimismo, se produce una transmisión, por parte de los socios, de sus acciones o participaciones, lo cual implica además una ganancia en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o en el Impuesto sobre Sociedades, según sea el socio una persona física o una sociedad. Y, por último, se pondrán de manifiesto impuestos indirectos como el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Así, con la finalidad de que las posibles implicaciones fiscales no sean un obstáculo a este tipo de operaciones tan beneficiosas para las empresas y, por tanto, para la economía en general, la Ley del Impuesto sobre Sociedades prevé un régimen de neutralidad fiscal por el cual, básicamente, los impuestos a los que me he referido anteriormente quedarían diferidos en el tiempo, sin que se tenga que tributar en el momento de producirse la fusión. Asimismo, los impuestos indirectos aludidos no deberían ser objeto de pago.
Por lo tanto, una vez "despejado" de impuestos este camino, las fusiones podrían considerarse una medida adecuada para intentar sortear la crisis.