Actualmente, en plena era del conocimeinto, la mayor parte del valor de las empresas no está en el producto en sí, ni tampoco en el capital físico, maquinaria o patrimonio, sino en lo intangible. Estos activos se configuran como factor clave de competitividad y crecimiento económico. Dehecho, en algunos países como Estados Unidos y Reino Unido las inversiones en intangibles superan a las de activos materiales.
Los activos intangibles “cristalizan” las actividad innovadora y creadora de las empresas, abriendo un escenario de diferentes alternativas de puesta en uso y explotación de los mismos, “de la idea al mercado”. En este contexto se sitúa el IP Box Regime o PatentBox, como figura central en el contexto de los incentivos fiscales a la I+D+i sobre la renta o resultados exitosos de estas actividades.
Durante la jornada "Claves prácticas para el aprovechamiento de los incentivos fiscales desde la generación a la valorizaciónde la I+D+i", organizada por Incotec y APD, María García Chanzá, socia del áres de Fiscalidad de Romá bohorques Tax&Legal, expuso la necesidad de analizar la estructura societaria existente en el seno del grupo empresarial con carácter previo a la aplicación del beneficio del “patent box”.
Se plantearon distintas estructuras fiscalmente óptimas, pero, sobre todo, María García, incidió en que la estructura elegida debe ser la más operativa y la que refleje la realidad económica de la compañía debiendo primar la coherencia en una estructuración societaria sostenible, en la que este incentivo fiscal encaje en el “modus operandi” empresarial y en su modelo de negocio.